Un enlace metálico es un enlace químico que mantiene unidos los átomos
(unión entre núcleos atómicos y los electrones de valencia, que se juntan
alrededor de éstos como una nube) de los metales entre sí. Estos átomos se
agrupan de forma muy cercana unos a otros, lo que produce estructuras muy
compactas. Se trata de líneas tridimensionales que adquieren estructuras tales
como: la típica de empaquetamiento compacto de esferas (hexagonal compacta),
cúbica centrada en las caras o la cúbica centrada en el cuerpo. En este tipo de
estructura cada átomo metálico está dividido por otros doce átomos (seis en el
mismo plano, tres por encima y tres por debajo). Además, debido a la baja
electronegatividad que poseen los metales, los electrones de valencia son
extraídos de sus orbitales. Este enlace sólo puede estar en sustancias en
estado sólido.
El enlace metálico es característico de los elementos metálicos. Es
un enlace fuerte, primario, que se forma entre elementos de la misma especie.
Al estar los átomos tan cercanos unos de otros, interaccionan sus núcleos junto
con sus nubes electrónicas, empaquetándose en las tres dimensiones, por lo que
quedan los núcleos rodeados de tales nubes. Estos electrones libres son los
responsables de que los metales presenten una elevada conductividad eléctrica y
térmica, ya que estos se pueden mover con facilidad si se ponen en contacto con
una fuente eléctrica. Los metales generalmente presentan brillo y son
maleables. Los elementos con un enlace metálico están compartiendo un gran
número de electrones de valencia, formando un mar de electrones rodeando un enrejado
gigante de cationes. Muchos de los metales tienen puntos de fusión más altos
que otros elementos no metálicos, por lo que se puede inferir que hay enlaces
más fuertes entre los distintos átomos que los componen.
La vinculación metálica es la atracción electrostática entre los
átomos del metal o cationes y los electrones deslocalizados. Esta es la razón
por la cual se puede explicar un deslizamiento de capas, dando por resultado su
característica maleabilidad y ductilidad.
Los átomos del metal tienen por lo menos un electrón de valencia,
no comparten estos electrones con los átomos vecinos, ni pierden electrones
para formar los iones. En lugar los niveles de energía externos de los átomos
del metal se traslapan. Son como enlaces covalentes identificados.
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